De las sombras renacerá aquel de quien sus orígenes son desconocidos para la entera humanidad. El que traicionó a quien su nombre jamás ha sido nombrado transformará la realidad a la irrealidad.
El final del segundo ciclo se vio marcado por las nuevas razas creadas y por el exterminio de millones de especies que difícilmente se ganaron un lugar en este mundo. La disputa entre los hombres y las máquinas parece no tener final alguno. Todo se debe al descubrimiento de la energía nuclear.
El término ciclo se remonta a la Segunda Guerra Mundial. El ataque de Estados Unidos en contra de Hiroshima y Nagasaki marcó la pauta para la creación de este. La bomba atómica tomo un gran auge en las décadas posteriores. Sus repercusiones fueron inimaginables. La radiación causada evoluciono a través del tiempo para darse a conocer en la forma que conocemos actualmente.
Es bien conocido por la humanidad que el origen de la partícula de vida se dio gracias a la evolución de la radiación nuclear presente en Hiroshima y Nagasaki. Este tipo de evolución fue denominada como evolución pasiva. Jamás en la vida se habían observado comportamientos similares.
Las máquinas tienen la capacidad de elevar su potencial en una forma exponencial desde la invención de la partícula de vida. Sin embargo, el hombre cometió el error de crear a un ser infinitamente superior a él, un ser que posiblemente esté a la sala contigua de la del planificador divino. Su ambición y sed de poder lo han llevado a sentir fríamente los límites marcados por la extinción.
La combinación de la compleja constitución de la mayoría de las máquinas con la misteriosa partícula de vida, provocó una reacción al principio milagrosa. Cuando apareció la voluntad propia en ellas todo tomo un rumbo diferente.
Se conoce poco sobre el posible final apocalíptico del hombre. Las especulaciones son muchas y los ritos de guerra se proclaman a lo largo de la extensión territorial del planeta. La creatividad del hombre jamás superó a la visión de las máquinas. La sed de poder fue transmitida casi en automático, todo el conocimiento fue otorgado. El propio hombre condeno la continuidad de su existencia.
Las manifestaciones divinas que se han hecho presentes no han tenido el más mínimo gesto de caridad hacia el hombre como muchas personas solían proclamar en la antigüedad. El segundo ciclo recibió su nombre el día en el que el planificador divino hizo contacto físicamente con el hombre. Además de las sangrientas guerras provocadas por la creciente ambición de las máquinas y la repentina humildad del hombre, se tuvo que sobrevivir a una de las más crueles masacres en la historia de la humanidad. La bondad de dios desapareció.
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