Lejanos pensamientos comienzan a llegar, saturando mi mente de vagas experiencias con absolutamente ningún grado de importancia. Sinceramente ya no puedo seguir con esto durante más tiempo.
Casí rompo en llanto al final del camino, mis sentimientos entran en una serie de contradicciones. Las pesadillas que he tenido todas las noches no se comparan nada a la realidad. El sufrimiento es incomparable a cualquier otro vivido a lo largo de mi existencia. Mi fantasía me intenta devorar y lucho contra ella, pero parece ganar terreno sobre mi realidad.
Absolutamente todos mis sentidos se marchitan contemplando como el odio de mi inexistencia consume a la ira de mi más grande plenitud. Sé que el secreto de un buen luchador es el hacer la pelea a su propio modo. La lucha contra el sistema es la lucha contra la más grande enfermedad jamás creada por el hombre.
Las convicciones pasan a segundo plano. La sobrevivencia esta sobre todas las cosas, sin embargo tu dignidad esta aún más por encima. Pero cuando por fin logras llamar a la puerta de la realización eres capaz de experimentar nuevas sensaciones físicas y extrasensoriales. Te sientes capaz y poderoso. Jamás abuses de la confianza excesiva. Siempre mantén fijo tu punto de equilibrio, haz lo posible por no hacerlo variar.
El desequilibrio es la furia de los límites. Nunca escapes de las fronteras que se te imponen.
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