Has causado una ruptura y desequilibrio de mis pensamientos, tu perfección e imperfección me hacen sentir que ser parte de esta vida realmente vale la pena.
Ninguno de mis pensamientos conoce el origen de su misma existencia, y esos es justamente lo que los mantiene unidos. Algunas veces siento que si ellos tuvieran la capacidad de hablar me reprocharían por someterlos a tantos cambios, y creo que me sería incapaz a la vez tener que relacionarme con ellos. Pensaba que la mente y el sentir jamás estarían en una perfecta sincronía.
Y llegaste tú, eres el pensamiento más confundible y hermoso que jamás se ha originado, solo un día te presentaste de manera inesperada y una imagen mental me pidió a gritos ser recibida. Pienso en ti la mayor parte de mi tiempo, nada se compara a tu sonreir y en consecuencia a mi inevitable alegría.
Permanecí un momento en silencio e imagine, tenía miedo de arriesgarme, pero a fin de cuentas lo hice. Existen diversas teorías que cuentan como es que la fuerza del pensamiento tiene inimaginables poderes.
Ahora mi pensar y mi sentir saben que se sigue un mismo objetivo. Estoy sentando pensando de que manera podría escribir todo lo que en realidad significa, más no encuentro las palabras adecuadas y no consigo expresarme de la mejor manera posible.
Me pregunto como es posible que en períodos increíblemente cortos de tiempo, un escenario puede cambiar totalmente de panorama, y eso es justamente lo que hace que vivir sea bello, y es lo que justamente ocasiona que llegues a experimentar sentimientos realmente ominosos.
Un escritor checo definió a la “memoria poética” como una región en el cerebro que registra aquello que nos ha conmovido, encantado, que ha hecho hermosa nuestra vida. Tú eres quien justamente ha escrito la primera palabra en ella.
